Según un estudio publicado en la revistaNature Communications, la Gran Barrera de Coral de la costa oriental de Australia sufrió notables cambios de temperatura hace entre 20.000 y 13.000 años, a los que fue capaz de adaptarse. El arrecife más extenso y largo del mundo, con 2.000 km de longitud, constituye un ecosistema único que ha evolucionado a lo largo de miles de años y que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1981. Debido a su aparente fragilidad, los científicos temen que el calentamiento global pueda causarle un deterioro irreversible, sin embargo esta investigación dirigida por el Instituto de investigación Marina (MARUM) de la Universidad alemana de Bremen (Alemania) parece indicar que la Gan Barrera puede ser más resistente a los cambios de temperatura superficial del mar de lo que se pensaba.
El estudio se basa en las muestras recogidas por una expedición del programa Ocean Discovery International (IODP), destinado a analizar los procesos de adaptación a los cambios térmicos de estos ecosistemas animales al final de la última edad de hielo, hace de 20.000 a 13.000 años, cuando se produjo una subida significativa de las temperaturas. Los expertos estudiaron los fósiles de corales Isopora, que vivieron al final del último período glacial y que siguen habitando y desarrollándose hoy en aguas poco profundas de la Gran Barrera. Mediante técnicas de datación radiométrica de uranio-torio han podido identificar fósiles de corales que vivieron en las etapas central y final del citado periodo glacial, y han corroborado que se trata de un ecosistema muy flexible. También midieron las proporciones de estroncio-calcio en los corales para determinar las temperaturas oceánicas en ese momento. Los resultados muestran que las temperaturas de la superficie del mar frente a la costa oriental de Australia de hace entre 20.000 y 13.000 años eran sensiblemente más frías de lo que se creía, y que la oscilación térmica de norte a sur era insospechadamente amplia: “En esa época, el agua en el sur estaba de dos a tres grados más fría que en el norte, mientras que actualmente la diferencia no llega a un grado”, según el estudio. A pesar de que la investigación muestra que los corales Isopora soportaron fluctuaciones de temperatura muy grandes en el pasado, aún se desconoce cómo pudieron adaptarse en unos pocos miles de años y por qué esto no afecto a su crecimiento.
Pese a ello, los científicos advierten de que no se puede deducir por eso que la Barrera de Coral tal como es hoy pueda adaptarse fácilmente a un continuo aumento de las temperaturas. Junto al calentamiento, las principales amenazas para la supervivencia de los arrecifes de coral en la actualidad son la acidificación del océano y el aumento de la entrada de sedimentos por las actividades humanas en la costa.
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