Un equipo de astrónomos ha detectado la enana blanca más tenue conocida, un antiquísimo remanente estelar tan frío que el carbono que contiene ha cristalizado y dado origen a una especie de inmenso diamante, del tamaño de nuestro planeta.
El astrofísico David Kaplan, profesor de la Universidad de Wisconsin, en Milwaukee, que ha participado en el estudio, está convencido de que no es un caso único. “Este tipo de objetos está ahí fuera, pero son tan débiles que es muy difícil dar con ellos”, asegura.
De hecho, para descubrir esta gema estelar, los investigadores utilizaron los datos obtenidos por algunos de los radiotelescopios más grandes del mundo, entre ellos el Observatorio Green Bank, en Virginia Occidental (EE. UU.).
Las enanas blancas de este tipo, una especie de “cadáveres” estelares que se forman cuando unaestrella con una masa parecida a la del Sol colapsa y forma un objeto del tamaño de nuestro planeta, están compuestas principalmente por carbono y oxígeno.
Estos cuerpos se enfrían lentamente a lo largo de un proceso muy largo. La que acaba de ser anunciada tiene unos 11.000 millones de años de edad, aproximadamente la misma que la Vía Láctea, y acompaña al pulsar PSR J2222-0137 (una estrella de neutrones que lanza intensas emisiones de radio a intervalos), situado a unos 900 años luz de la Tierra.
“Esta enana blanca es 10 veces más tenue que cualquier otra de la que tengamos noticia y 100 veces más que cualquier otra hallada alrededor de una estrella de neutrones”, destaca Bart Dunlap, otro de los miembros del equipo, de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill. Según describen estos expertos en la revista Astrophysical Journal, el remanente se encontraría a una temperatura de 2.700 ºC, 5.000 veces menos que la que se da en el interior del Sol.
Foto: B. Saxton (NRAO/AUI/NSF)
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